miércoles, 3 de octubre de 2007

5.- Un Poco de Historia

Valparaíso es el sueño de los urbanistas. Es una ciudad no con uno, sino con muchos centros, que tiene múltiples laberintos internalizados por sus vecinos, con ambientes que se suman y sobreponen, donde conviven grupos sociales de todos los orígenes y condiciones, donde nadie se sorprende por las apariencias ni por las ostentaciones.

En este puerto se fundó el primer banco del país (1855), el primer diario (1829), la primera compañía de bomberos (1851), la primera logia masónica (1850), el primer cementerio no católico (1833), la primera bolsa de comercio (1828), la primera droguería (1837), la primera fábrica de jabones (1826), la primera óptica (1872), la primera organización sindical femenina (1887) y cientos de otras iniciativas pioneras en Chile.

La escritora y viajera inglesa Mary Graham contaba en sus escritos que en 1830 Valparaíso era una urbe cosmopolita “donde en la misma casa se escucha a veces conversar en diez lenguas diversas, aunque el español y el inglés sean las más usuales”. Agregaba que en la ciudad predominaba la libertad individual y el respeto y “nunca se oye hablar de vejaciones, jamás se toman medidas arbitrarias o injustas,
sobre todo en lo que se refiere a los extranjeros”.

Inmigrantes ingleses en el Valparaíso Golf Club,1925. (Fotografía en: http://www.la91fmchile.cl/histvalp/ingleses/ingleses_grande.jpg)

Los británicos se dedicaban al comercio mayorista; los franceses, a las tiendas de moda; los italianos, a la banca y a la artesanía calificada; los alemanes, a los laboratorios y farmacias; los estadounidenses, a la importación de productos a granel.

Entre 1830 y 1910 se fundaron más de 80 hoteles de categoría, y en los años de mayor auge, cuando Valparaíso era el principal puerto del Pacífico, funcionaron simultáneamente más de 30, y en todos ellos se atendía en varios idiomas. Los cargadores del puerto bromeaban e insultaban en cuatro o cinco idiomas cuando en Santiago las damas de sociedad se esforzaban por pronunciar algunas palabras en francés en sus cotidianas tertulias.

Aquí también surgieron los primeros movimientos de individuos racionalistas, laicos, liberales, democráticos e igualitarios. Cuando en 1844 una corte condenó por blasfemia e inmoralidad a Francisco Bilbao por su escrito “La sociabilidad chilena”, los miembros de la porteña Sociedad de la Igualdad pagaron la multa y lo trasladaron sobre los hombros como un héroe hasta su casa.

El período de esplendor comenzó a decaer junto al ocaso de la industria salitrera, y el golpe casi definitivo se lo dio la apertura del Canal de Panamá en 1914. Pudo sobrevivir con dificultades hasta 1973, pero la llegada del régimen militar lo puso al borde del colapso al terminar, primero, con la agitada vida nocturna del “barrio chino” porteño, y más tarde con el colapso de la muy decaída industria local. La cesantía real llegó a bordear el 40% y Valparaíso sufrió un deterioro nunca antes visto.

Tras el retorno de la democracia se inició un lento proceso para mejorar las condiciones de vida de los porteños y recuperar la ciudad. En 1971, el Gobierno de Salvador Allende había iniciado la protección del patrimonio al declarar monumento histórico a la iglesia de La Matriz y a todo su entorno como zona típica; los gobiernos de la Concertación decidieron retomar ese camino, y ya en 1997 existían cinco zonas declaradas típicas y 15 monumentos históricos.

Desde la Dirección de Obras del Ministerio de Obras Públicas, encabezada por la arquitecta Sonia Tschorne, se orientaron los esfuerzos para rescatar el patrimonio urbano del puerto, iniciativa que culminó en julio de 2003 en París al declararse a Valparaíso como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Paralelamente, desde el Ministerio de la Vivienda, Corfo, Sernatur y otras entidades públicas y privadas se generaron planes y programas de rehabilitación, protección y desarrollo.

Los resultados empezaron a vislumbrarse recién a comienzos de 2005 con la remodelación de calles, plazas y paseos; la modernización del borde costero; la construcción del metrotrén; la aparición de nuevos restaurantes, hostales y casas de hospedaje; el crecimiento explosivo de los barrios universitarios; la elaboración de un Plan Maestro para el desarrollo de la ciudad y la región, y el creciente interés de turistas locales y externos.

Claramente, autoridades, empresarios y vecinos han coincidido en que el turismo puede ser la palanca principal del progreso.

1 comentario:

sara dijo...

Valparaíso un lugar espectacular, no en vano es bastante visitado por los turistas y sobre todo los extranjeros, que son los que valoran mas la historia, lo leí en este artículo https://cabañasenlosmolles.com